1.2 Cambios culturales y de subjetividades en la sociedad chilena

La introducción de la flexibilización, las lógicas de competencia y el quiebre de asociatividad en el mercado de trabajo, junto a la adopción de una cultura del crédito, son algunos de los factores que gatillaron un gran cambio tanto en la vida social junto a sus relaciones, como también sobre las subjetividades de la población (Araujo 2017; Espinoza and Barozet 2008).

Con la expansión en la oferta de bienes y servicios, un aumento en el consumo y el acceso masivo por parte de la población a la educación terciaria, se masifica la idea de pertenencia a una clase media (Frei et al. 2020). En este sentido, los grupos sociales de pobres y ricos comienzan a percibirse como más extremos. Además, la mayoría de la población se percibe en una mejor posición económica respecto a la generación de sus padres (PNUD 2017) lo cual influye en la evaluación de las propias trayectorias y de autoposicionamiento, atribuyendo gran parte de esta movilidad social al esfuerzo propio y familiar (Guzmán, Barozet, and Méndez 2017).

Estas transformaciones abren un escenario complejo, en el cual los individuos se relacionan de manera ambigua y a veces contradictoria con los cambios que se irán produciendo (Araujo 2017). Ello se observa en que se irá gestando una opinión crítica generalizada hacia el modelo (Araujo 2017) como también una percepción de mayor desigualdad socioeconómica (PNUD 2017). Pero existe otra arista, en donde se observa cierto apego hacia lo que han traído estas transformaciones (Araujo 2017).

El mérito, como valor y mecanismo generador de juicios (Araujo 2017) se instala con fuerza en la sociedad chilena a partir de los años noventa. Los estudios que trabajan el mérito suelen destacar una dimensión contradictoria y en ocasiones conflictiva del concepto. Contradictoria en el sentido de que, por un lado, es un concepto crítico en cuanto el mérito se opone a la distribución de bienes y oportunidades mediante las estructuras económicas clásicas -como por ejemplo la distribución de bienes a través de la herencia y títulos adscriptivos-, planteándose como una idea democratizadora sobre las distribuciones de recursos. Por otro lado, se evidencia que el discurso meritocrático posee un carácter estigmatizador sobre grupos desaventajados, reflejándose, por ejemplo, en la idea de que estos grupos no surgen por su falta de iniciativa o esfuerzo (PNUD 2017). En este sentido vendría a cumplir un rol en la legitimación de desigualdades socioeconómicas (Juan C. Castillo et al. 2019).

Considerando lo expuesto en cuanto a la dimensión más crítica y con afanes democratizadores en el concepto de mérito, el adherir a creencias meritocráticas se posiciona como una opción válida y justa a la hora de ordenar de forma jerárquica a la sociedad. Cociña (2013a) señala que “Con más o menos convicción, todos creemos en la meritocracia. Todos creemos que debiese haber igualdad de oportunidades” (s.p.). De esta manera, el mérito como principio distributivo se introduce en esferas como la política, la sociedad civil y la academia.

En el área de las ciencias sociales, surgen estudios bajo la lógica de la justicia de mercado, la cual sostiene que la posición que ocupan los individuos en la jerarquía social es producto de sus esfuerzos y méritos (Lane 1986). Diversas investigaciones se enmarcan en esta idea de que para combatir la desigualdad socioeconómica se deben mejorar los mecanismos meritocráticos y de igualdad de oportunidades. Sin embargo, las creencias meritocráticas no se oponen a la desigualdad, sino más bien a la discriminación (Jonathan J. B. Mijs and Savage 2020). El argumento central de este estudio va en línea con lo último señalado y discute con la idea de la meritocracia como un sistema distributivo justo, al plantear la hipótesis principal de que las percepciones meritocráticas influyen de manera positiva en las atribuciones de carácter interno, siendo estas últimas un elemento clave en la legitimación de desigualdades socioeconómicas.

References

Araujo, Kathya. 2017. “Sujeto y Neoliberalismo En Chile: Rechazos y Apegos.” Nuevo Mundo Mundos Nuevos, no. February. https://doi.org/10.4000/nuevomundo.70649.
Castillo, Juan C., Alex Torres, Jorge Atria, and Luis Maldonado. 2019. “Meritocracia y Desigualdad Económica: Percepciones, Preferencias e Implicancias.” Revista Internacional de Sociología 77 (1): 117. https://doi.org/10.3989/ris.2019.77.1.17.114.
Cociña, Matías. 2013a. Cinco argumentos contra la Meritocracia. CIPER Chile.
Espinoza, Vicente, and Emmanuelle Barozet. 2008.Qué Hablamos Cuando Decimos "Clase Media"? Perspectivas Sobre El Caso Chileno.
Frei, Raimundo, Juan Carlos Castillo, Rodrigo Herrera, and José Ignacio Suárez. 2020. “ Del Esfuerzo? Los Cambios En Las Atribuciones Sobre Pobreza y Riqueza En Chile Entre 1996 y 2015.” Latin American Research Review 55 (3): 477–95. https://doi.org/10.25222/larr.464.
Guzmán, Virginia, Emmanuelle Barozet, and María-Luisa Méndez. 2017. “Legitimación y Crítica a La Desigualdad: Una Aproximación Pragmática.” Convergencia 24 (April): 87–112. https://doi.org/10.29101/crcs.v0i73.4239.
Lane, Robert E. 1986. “Market Justice, Political Justice.” American Political Science Review 80 (2): 383–402. https://doi.org/10.2307/1958264.
Mijs, Jonathan J. B., and Mike Savage. 2020. “Meritocracy, Elitism and Inequality.” Political Quarterly 91 (2): 397–404. https://doi.org/10.1111/1467-923X.12828.
PNUD. 2017. “Desiguales. Orígenes, Cambios y Desafíos de La Brecha Social En Chile. Santiago.” In Programa de Las Naciones Unidas Para El Desarrollo., 11:287–301. Santiago de Chile.